La Batalla de Las Piedras tuvo lugar a media tarde del 18 de mayo de 1811. Este enfrentamiento constituyó el primer y último triunfo importante de las fuerzas revolucionarias adherentes a las Provincias Unidas del Río de la Plata, en lo que luego sería Uruguay, al mando de José Gervasio Artigas.
Las fuerzas comandadas por Artigas se enfrentaron a las fuerzas imperiales de España despachadas por el gobernador de Montevideo Francisco Javier de Elío, las cuales se oponían a la autoridad de la Junta de Mayo de Buenos Aires. Los dos bandos se enfrentaron en nombre de Fernando VII.

Juan Manuel Blanes, conocido como «El pintor de la patria», nació en junio de 1830 y es el autor de este mural que se exhibe en el museo de Historia Nacional.
El Gobernador de Montevideo y ya entonces Virrey del Río de la Plata, Francisco Javier de Elío, designó al capitán de fragata José Posadas, jefe de las fuerzas regulares que guardaban la Plaza fuerte. Posadas instaló su cuartel general en San Isidro Labrador de Las Piedras, en las cercanías de Montevideo, para librar allí artigas quedo con su ejercito entones y desde ahi comenzo todo.

A pesar de que la altura favorecía a los españoles, fue Artigas el que dio el primer paso. Hacia las 11 de la mañana del 18 de mayo, envió parte de la infantería bajo el mando de Antonio Pérez. En respuesta, Posadas ordenó abrir fuego contra el grupo, que se batió en retirada. La infantería española abandonó su ventajosa posición para perseguir a los revolucionarios. El primo de José Artigas, Manuel Artigas, al mando de unos 600 jinetes armados con boleadoras y picanas, aprovechó esto para atacar la retaguardia de Posadas por la izquierda, y así, atrapar al ejército español entre dos fuerzas: la caballería, y la infantería, que cesó la retirada, y volvió a la lucha. La batalla se alargó durante varias horas, hasta las 5 de la tarde, cuando las tropas españolas empezaron a abandonar sus puestos, el capitán José Posadas izó una bandera blanca, y entregó su sable a Artigas, importante hecho simbólico para la revolución.
Consecuencias
Este enfrentamiento resultó la victoria para los revolucionarios. Fue luego de esta victoria que Artigas pronunció su famosa frase «Clemencia para los vencidos, curad a los heridos, respetad a los prisioneros», en referencia a los heridos del ejército español. Después de la batalla murió , Manuel Artigas, homenajeado en Buenos Aires por ser el primer oficial muerto en combate por la causa revolucionaria. «Las ocupaciones que me han ofrecido el honroso cargo que usted tuvo a bien confiarme, no me han permitido, desde mi salida de esa capital, dar a usted una relación detallada de los movimientos practicados y el feliz suceso de las armas de la patria; pero he cuidado de avisarlos respectivamente al señor Belgrano y al coronel don José Rondeau, desde que fue nombrado jefe de este ejército, quienes creo lo harían a usted en iguales términos.»
«Aprovecho sin embargo estos momentos para elevar a su conocimiento todas las operaciones de la división de mi cargo.»

«Con ella llegué el 12 del corriente a Canelones, donde acampamos destacando partidas de observación cerca de los insurgentes que ocupaban las Piedras; punto el más interesante, así por su situación como por algunas fortificaciones que empezaban a formar y por la numerosa artillería con que lo defendían.»
«En la misma noche se experimentó una copiosa lluvia, que continuó hasta las diez de la mañana del 16, en cuyo día destacaron los enemigos una gruesa columna a la estancia de mi padre, situada en el Sauce, a cuatro leguas de distancia de las Piedras, con objeto de batir la División de Voluntarios del mando de mi hermano don Manuel Francisco Artigas, que regresaba por orden mía de Maldonado, a incorporarse con mi División. Se hallaba acampado en Pando y luego que sus avanzadas avistaron al enemigo, me dio el correspondiente aviso pidiéndome 300 hombres de auxilio: en cuya consecuencia y de acuerdo con los señores capitanes determiné marchar a cortar a los enemigos.»

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