Felipe VI: “La primera obligación de un diplomático es servir a su país, así como a sus compatriotas en el exterior”

Redacción, Madrid

El Rey ha dado la bienvenida, este jueves, a los 35 nuevos secretarios de embajada de la 72ª promoción de la carrera diplomática. En su discurso, Felipe VI les ha recordado que la “primera obligación de un diplomático es servir a su país, así como a sus compatriotas en el exterior”. Para ello, ha añadido, “impulsar y defender los intereses permanentes de España” es tanto “como decir los valores propios de nuestra Constitución”, que son los mismos que inspiran su política exterior, como la defensa de la democracia, el respeto a los derechos humanos o la legalidad internacional.

El monarca ha presidido en la Escuela Diplomática la tradicional ceremonia de entrega de despachos a los nuevos diplomáticos, en este caso a una generación que según ha vaticinado en el futuro será recordada como “legendaria” por haber sido la “promoción Covid”, una circunstancia que, ha insistido, “seguro que va a marcaros siempre”.

En el discurso con el que ha cerrado el acto, el jefe del Estado ha subrayado por una parte la vocación y valía de los jóvenes diplomáticos por haber superado su etapa docente, sobre todo en unos tiempos marcados por la pandemia, al tiempo que les ha planteado los desafíos a los que se enfrentan en un mundo cada vez más complejo, rápido y cambiante. “Nuestro país forma parte de un proyecto europeo, de progreso y bienestar, en un mundo definido por una creciente complejidad”, ha manifestado al respecto.

Y ha proseguido: “Como partícipes plenamente comprometidos, queremos mirar al mundo con una visión centrada en los principios del derecho internacional y en los valores de la cooperación y la solidaridad, propios de la política exterior española y del carácter de nuestra sociedad en su conjunto”.

El monarca, quien ha señalado que quizá esta 72ª promoción “sea la que ha completado su ciclo formativo en las condiciones más duras y extrañas”, les ha trasladado su reconocimiento al darles la bienvenida “al Estado”, en un acto que debido a la pandemia se ha celebrado este año sin la habitual presencia de los familiares de los nuevos diplomáticos, que la han seguido telemáticamente.

Felipe VI les ha hecho ver que los “esfuerzos” y la “vocación” que les ha permitido culminar su formación les ayudarán para “abordar con serenidad y rigor los acontecimientos de los que seréis testigos o partícipes” y siempre en defensa de los intereses de España. Unos intereses que, ha recalcado, “están vinculados a los de la Europa a la que pertenecemos y a nuestro compromiso con el bienestar y el progreso de toda la comunidad internacional”.

 

 

“Desafíos complejos”

En similares términos, la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, ha recordado a la “promoción Covid” que los “muchos retos” que encara España son “desafíos complejos a los que vuestra energía va a contribuir a dar una respuesta solidaria, constructiva, multilateral y siempre de la estabilidad y de la paz, que esa es la marca de la casa de nuestro país”.

En la ceremonia también ha hablado uno de los nuevos diplomáticos, Alejandro Robles, en nombre de sus compañeros, quien ha asumido el título de “promoción Covid” para todos ellos por su docencia “sin viajes, ni prácticas consulares, ni cafetería”, aunque con el “compromiso de servicio pleno” a su país totalmente intacto.

Para concluir, el Rey mantuvo un encuentro y conversó con los miembros de la Promoción de la Carrera Diplomática y con los asistentes al acto.

El Rey estuvo acompañado por la subsecretaria de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Celsa Nuño; el secretario de Estado para la Unión Europea, Juan González-Barba; la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Ángeles Moreno; el secretario de Estado de la España Global, Manuel Muñiz; y por el equipo directivo de la Escuela Diplomática.

La Carrera Diplomática es el cuerpo de la Administración del Estado especializado en relaciones internacionales y adscrito al Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación al que, por su preparación específica, le están encomendadas las funciones de naturaleza política, diplomáticas y consulares. Su tarea se divide, por tanto, en dos grandes ámbitos: el propiamente diplomático, y el consular.

El trabajo diplomático consiste en la representación de España en el exterior, las relaciones con otros países y la participación en foros multilaterales. Las funciones consulares consisten en la protección y asistencia a los ciudadanos españoles en el extranjero, en una amplia gama de situaciones: Registro Civil y notaría, legalización de documentos, asistencia a detenidos y presos, expedición de pasaportes y salvoconductos, o ayuda a ciudadanos afectados por situaciones de emergencia. También se incluyen en el ámbito consular las tareas relativas a la tramitación y expedición de visados para extranjeros que desean viajar a España por un corto período de tiempo, o para establecer su residencia en nuestro país.