Familia galleguaya se afinca en el corazón de «La Mondiola»
Para conocernos más…
Hemos sido invitados a una muy grata reunión de vecinos y amigos en nuestro propio barrio La Mondiola (Pocitos).
Desde ya hace tiempo veníamos viendo el embellecimiento de una señorial casa, (de esas que van quedando tan pocas en nuestro barrio), y habíamos ponderado el buen gusto de sus propietarios tanto en la decoración como en el equilibrio y sencillez de su fachada.
Ya habíamos tenido una aproximación de los planes de sus propietarios, dado que les conocemos de ser activos participantes del colectivo español. (Centro gallego y centro comunal del barrio).
Con Enrique Conde nos habíamos conocido a través de su actividad cultural en el centro gallego donde ha participado en varias oportunidades colaborando en actos. Luego, al ver que vivíamos a solo una calle de distancia frecuentamos otras actividades de colaboración en el mantenimiento de la memoria histórica del barrio en que vivimos. Fue así que coincidíamos en cada inauguración de plaza o colocación de placa conmemorativa del centenario del barrio.
Dicho esto, solo nos quedaba aceptar la cordial invitación a la inauguración de su propia casa y festejo de los 10 años que llevan juntos con su esposa.
Sorpresa mayor ha sido al llegar la noche y encontrarnos en su casa con otros grandes amigos de la colectividad que habían sido convocados para “pasarla muy bien”.
El alcalde del Municipio CH, Andrés Abt y su esposa ; al Consejero de Empleo y Asuntos Sociales de la embajada de España, Benito Díez Arce y su esposa; a la presidenta de la Asociación de Empresarios Gallegos y directora empresarial del BPS, Elvira Domínguez y su esposo y gran amigo Baltazar; al presidente del Hogar Español, Ángel Domínguez también con su esposa; a la presidenta de la Asociación Comunidad Valenciana, Mariela García Boronat y su esposo Mariano; a los escritores Manuel Losa con su esposa e hija y el colega y vecino Antonio García de Seárez con su hijo.
Enrique con su facilidad casi poética de palabra ha ido explicando el porqué de esta reunión.
Luego de agradecer la presencia de los invitados y autoridades nacionales y de España Enrique comparó algunas casualidades de la nomenclatura de nuestro Montevideo haciendo la semejanza con la procedencia de su esposa y él mismo. «Un gallego y una tacuaremboense, de tan distintas trayectorias y profesiones… Vean ustedes: la calle Galicia de Montevideo va de Oeste a Este, y la calle Tacuarembó de Sur a Norte. En el Cordón, las dos deberían cruzarse. Pues no, no se cruzan. Tacuarembó y Galicia no se cruzan ni en el mapa de Montevideo. Y sin embargo aquí estamos. El amor todo lo puede. Son las cosas del querer. Ha comentado Enrique junto a su esposa Beatriz.»
Y fue así… pero había también otros motivos para celebrar, un nieto, Manuel, el último en llegar a la familia, el pasado 17 de febrero. El bebé de Laura y Pierre, que se presenta en sociedad y que ha hecho abuela a Beatriz, se añadía a los cuatro nietos, por parte de su hija Iria. Y como si fuera poco su hija Vera, anunció que para la próxima primavera se espera otro bebé más, que quizás se llame Enrique si es varón o Aitana si es niña. Motivos por demás suficientes para celebrar a lo grande, y así comenzamos a degustar de una variada gastronomía gallega, un show de tango con la gran voz de Shirley Enríquez y el arte de Luis Enrique Esquivel a la viola.
Comenzaron con el himno que tiene nuestro barrio, el tango Garufa, que cumplirá 90 años en este 2018 y seguramente habrá que festejarlo.
Por supuesto que lo español no se hizo esperar, comenzando con flamenco de Arza y Toma y la infaltable gaita gallega Daniel Ferreiro y Toni de Seárez que además de transportarnos a la cultura Celta con su música, finalizaron ambos “queimando” y diciendo el conjuro gallego que limpiará esta casa de todo mal y para siempre. “Meigas fora”…
Sumado al chispeante fuego del caldero se agregó el del cielo, ya que finalizó con gran despliegue de fuegos artificiales.
Desde España vale auguramos a esta cercana familia un próspero futuro y seguramente nos encontraremos muchas veces en el camino de la vida y la vecindad.