Las trece últimas horas en la vida de García Lorca
Contrariamente a lo que indica la historia oficial, el asesinato de Federico García Lorca no se habría debido a rencores políticos o discriminación sexual, sino a viejas rencillas familiares. Así lo afirma el escritor Miguel Caballero en su libro «Las trece últimas horas en la vida de García Lorca».
El asesinato del poeta Federico García Lorca es uno de los hechos más recordados de la Guerra Civil Española. El autor de «Romancero Gitano» fue ejecutado en una comarca rural granadina el 18 de agosto de 1936, a los 38 años de edad. La tradición señala que el arista fue muerto «por rojo y maricón», elecciones políticas y sexuales que en aquellos tiempos eran expediente seguro para terminar frente a un pelotón de fusilamiento. Lo cierto es que el poeta nunca se alistó en partido político alguno, por lo que a pesar de ocurra un cargo en el gobierno republicano, es probable que no se sintiera en peligro durante la insurrección militar.
Ahora, un nuevo estudio sobre el poeta y las circunstancias de su muerte, arroja nueva luz sobre los últimos momentos de Lorca, cuyo cuerpo no pudo ser localizado, pese a los aparentemente certeros indicios existentes.
«Los primeros que investigaron la muerte de Lorca llegaron a una España en la que se padecía hambre física y ofrecían dinero. Al pagar dinero el que no sabe, llega a saber. Esa tradición oral se va engordando e influye en todas las investigaciones hechas. En mi caso, llevo tres publicaciones sobre el tema en las que todo está basado en documentos», explica Miguel Caballero, autor de «Las trece últimas horas en la vida de García Lorca».
Para el escritor, la muerte del poeta se enmarca en otra situación en esa «España cainita», que supiere narrar el murciano Arturo Pérez Reverte, donde las guerras y conflictos políticos servían de excusa para dar rienda suelta a odios personales preexistentes.
Pese a su labor revisionista, Caballero manifiesta respeto por la clásica obra biográfica del británico Ian Gibson, a quien considera como «el mejor biógrafo de Lorca». En declaraciones recogidas por Periodista Digital, Caballero lamenta que Gibson «en la época en que llegó a España (años 60-70) se fió de esa tradición oral que he mencionado y erró en las circunstancias de su muerte».
En su libro, lanzado recientemente en España, Caballero explica que el asesinato de Lorca fue responsabilidad de una influyente familia granadina, enemistada con la de García Lorca desde finales del siglo XIX. Este viejo rencor, sumado a más de un verso burlón o crítico que el poeta había plasmado acerca de la Guardia Civil, condujeron al trágico final.
«Lorca no se podía imaginar ni era justo que las controversias entre familias tuvieran ese desenlace. Por eso es aun más cruel la muerte de Lorca. Él no era político ni estaba tan próximo a la izquierda como pudiera parecer.»
Según el biógrafo, la figura de García Lorca fue «abusada» por la izquierda española e internacional. «La izquierda se apropió indebidamente del personaje de Lorca. Desde el mismo momento en que lo matan, los medios de prensa de la época ya lo adoptan como un mártir cuando realmente no fue así. Eso ha hecho de que se tergiverse gran parte de su historia y su biografía. A Lorca no lo mataron ni por ‘rojo’ ni por ‘maricón'», afirma.
Además, sostiene que las imprecisiones acerca de las circunstancias de la muerte del poeta, debido a testimonios de dudosa autenticidad, son la causa de que los restos de Lorca no fueran hallados, a pesar de que -en teoría- se sabe dónde fueron depositados.
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Montevideo Portal