Ya es difícil batir récords en tiempos en los que el Guinness es la biblia de las estadísticas, pero el Camino de Santiago se empeña en demostrar que es el mejor invento de la historia y que no tiene techo. Parecía misión imposible superar las cifras del 2010, cuando llegaron a Santiago 272.412 peregrinos, pero todo parece indicar que este año se superarán, y con creces. Al ritmo que va la entrada de caminantes en la plaza del Obradoiro, se podría cerrar el 2016 con una cantidad muy superior a la alcanzada ese año santo; de hecho, enfilado ya el ecuador del mes de agosto, el recuento de Turismo de Galicia registró un 5,2 % más de viajeros con destino a la tumba del Apóstol que en el mismo período del 2015.

Ya se habían batido récords a finales de julio, pero interesaba saber lo que pasaría en agosto, cuando por tradición se registran más colas en la plaza del Obradoiro -históricas fueron las que se repitieron hace unos días en el puente de la Asunción-, y lo que ocurrió fue una llegada masiva de caminantes con más de mil peregrinos al día en dirección a la Catedral. De hecho, el balance anual se cerró el martes con 173.359 caminantes, y ayer ya eran 174.657; es decir, 1.298 en una sola jornada.

Todo ello supone que en lo que va de año arribaron a la capital de Galicia casi diez mil personas más que el año pasado -9.887, en concreto-. Lógicamente, en otoño e invierno bajará ligeramente el ritmo, pero la progresión registrada hasta este mes, el cartel de completo que se cuelga en la mayoría de los albergues -sean de la variante que sea- y el efecto que está teniendo sobre la ruta xacobea la llamada del papa Francisco con la proclamación del Año de la Misericordia y su indulgencia plenaria hacen prever una plusmarca sin precedentes que, con permiso de Roma, permitirían afirmar que «todos los caminos van a dar a Santiago». Sin pérdida.