Habrá que aprender a convivir con el virus como lo hacen los infectados de VIH’?

Desde principio  de marzo de 2020  cuando se encendieron las alarmas de la peor tragedia mundial que vive la humanidad, hemos aprendido lo que es una Pandemia.

Hoy llevamos un mes de cuarentena en nuestro país y  el ansiado “regreso a la normalidad”,   se ha convertido en la luz en el camino que a todos nos da la fuerza interior para seguir el cautiverio. La esperanza.

Cuando vemos los catastróficos informativos internacionales pensamos.. ,  “Esto no va a ser así aquí” pero luego, cuando hacemos el razonamiento nos damos cuenta  de la dura realidad,  Esto  recién comienza, no va a ser fácil, y puede que haya venido para quedarse.

El virus no entiende de clases sociales ni territorios, ataca con la misma fuerza a pobres,  ricos y nadie está libre de contraerlo. Afortunadamente tenemos un gobierno que ha logrado la unidad,  y con transparencia,  a pesar de haber recibido este golpe a solo unos días de haber asumido el primero de marzo,  va venciendo los obstáculos. La oposición no existe cuando se trata de un enemigo común y todos están obligados a tirar en el mismo sentido. Vemos en cada informe que las autoridades sanitarias advierten  que apenas nos encontramos en el comienzo del camino y que esa meseta  a la que se quiere llegar de equilibrio entre infectados, internados y muertos,  solo dependerá de nosotros mismos. Hoy a un mes de iniciada la cuarentena, con 515 casos confirmados, 16 en CTI y solo 8 muertes podemos decir que para una poblaciónn de tres millones y medio estamos en parámetros aceptables. Las prevenciones del MSP son bastante optimistas y en el día de hoy han vuelto al trabajo (con las máximas precauciones), los empleados de la construcción.

A  lo que nos referimos en el título…

Todos añoramos y queremos escuchar esa frase, “Se descubrió la vacuna”  Miles de científicos en el mundo hacen sus pruebas simultáneamente al parecer con ese destino.

Sin embargo, vale recordar aquí,  que todavía no han encontrado la vacuna contra el  VIH,  que ya hace 30 años que se ha afincado en el mundo llevándose  millones de vidas.  Pero pretendemos que se encuentre ésta en solo un mes.

Como viven los infectados de VIH encadenados a los retro virales.

Los laboratorios en el mundo se han puesto de acuerdo en  estirar la vida de los infectados con VIH condicionando a los infectados  a tomar pastillas a diario  evitando así  la multiplicación viral.

Estas pastillas solo contienen el virus pero no lo eliminan. El infectado está condenado a seguir tomandolas toda su vida.

Se llaman retro virales y los hay de infinidad de marcas en los mercados mundiales.  Esas drogas que se deben tomar y generalmente son 4 pastillas por día,  (en el mejor de los casos una sola de muy alto costo),  producen efectos secundarios importantes a tal punto que llevan lentamente a la muerte, pero de otras dolencias, como mal funcionamiento de  hígado, riñones, corazón, etc.

Cuál es la diferencia entonces entre VIH al COVID 19?

Recordemos que al principio, el SIDA fue llamado el virus de los homosexuales, hoy sabemos que eso no es así. El VIH se propaga entre cualquier ser humano de cualquier sexo y hasta en niños así que el estigma será casi el mismo entre los infectados de ambos virus. Todavía no se llega a encontrar una solución definitiva,  ni una vacuna que sustituya los retro virales diarios que encadenan a los VIH positivos.

La forma de contagio del SIDA es principalmente por vía sexual,  mientras que El COVID 19  se trasmite por el aire. La peligrosidad de un simple estornudo cercano  nos puede invadir de ese virus que irá directamente a alojarse en nuestros pulmones. Ambos virus producen muy similar infección,  principalmente en las vías respiratorias. Así que es posible que alguno de esos retro virales ya existentes pudieran ser la solución, aunque nadie arriesga a decirlo. Sería como una avalancha de gente a tratar de comprarlos, como sucedió con el alcohol en gel o los tapa bocas.

La lucha por encontrar una vacuna, a la vez,  es una ecuación matemática donde  los resultados se miden en ganancias en bolsa de los laboratorios,  y pérdidas (por ahora), en los sistemas de salud de los países afectados. También nos hacen poner en guardia para hacer frente común a enemigos invisibles, que solo con el esfuerzo mancomunado del planeta entero se podría pensar en una solución.

Se podría hacer el símil de un aerolito que viene a colisionar con la tierra y  hasta las guerras dejarían de existir dado que sabrían que todos morirían en una colisión planetaria.

Una teoría conspirativa.

El COVID 19 es ese aerolito, pero invisible, y los humanos unidos podrían hacerle frente, a pesar de  los intereses creados en el entorno.

Veamos: ataca principalmente a los mayores de 65 años  y es mucho más dañino que el VIH.  Pero,  a la vez sacando del medio a esas poblaciones, le quitaría peso a las  prevenciones sociales que están colapsando en el mundo.  La población mundial envejece y la seguridad social es una carga cada vez más pesada en los sistemas de salud. Si el virus destruye a la población que no produce, se beneficiarían los activos.

Sin embargo,  internacionalmente se ha invertido muchísimo más buscando las vulnerabilidades del nuevo enemigo Covid 19 , que en los 30 años de investigación del  VIH Sida.

Parece ser que  la comunidad científica trabaja a contrarreloj para  encontrar la famosa vacuna milagrosa.      Basta hacer el análisis y paralelismo con lo que sucede con las vacunas en el mundo, para darnos cuenta que detrás de esa investigación millonaria hay intereses. Todo es un negocio de los laboratorios que se diputarán una patente entre las grandes potencias y hasta encontrar el mejor postor no saldrá al mercado y posiblemente la historia podrá volver a repetirse  similar al VIH.  La otra posibilidad sería que encontraran la solución a ambos virus al mismo tiempo, hasta por casualidad.

Volviendo a ser optimistas y para dejar un mensaje alentador decimos:

Que no debemos esperar  mucho de soluciones milagrosas. La enseñanza que nos ha dejado aquella tragedia de nuestros compatriotas en los Andes,  hoy está más vigente que nunca.

Nada es imposible mientras mantengamos la unidad, la fe y la esperanza. Sigamos siendo optimistas, pero eso sí, no nos quedemos solamente con lo que nos informan, hay que investigar de donde, porqué, y para qué,  ha llegado este virus y a quienes beneficia o destruye, Tampoco dejarnos envenenar la mente con rumores de las redes, (BULOS), pero esto no parece ser solo una casualidad, o la ingesta de una sopa de murciélago. Tampoco parece real que en un país como China con 1300 millones de habitantes solo hayan  declarado las autoridades 3400 muertos en donde comenzó la infección y ya estén comenzando a vivir normalmente.

La evidencia internacional nos muestra que la desescalada de las medidas adoptadas contra el coronavirus será gradual,  y que dependerá principalmente de nosotros mismos,  como decía nuestro prócer “Nada debemos esperar sino de nosotros mismos”. Seguiremos estando en casa  y salir solo por fuerza mayor.

Quizás deberemos ir  acostumbrándonos al distanciamiento social, lo que va a afectar en múltiples aspectos nuestra vida.

Solo podemos exigir en el futuro la verdad.  En definitiva, si esto se trató de un virus creado, algo planificado como guerra bacteriológica o simplemente es una pequeña muestra de los que sería una tercera guerra mundial.

El mayor beneficiario de esta pandemia mundial es el propio planeta tierra,  que comienza a limpiarse de  su peor  contaminación, la  humana.

Mario Corrales