Recibimos y Publicamos, ¿Cui prodest Juan María?
Buenas tardes: Les escribo desde Granada, España. Soy sobrina de Juan Mª López-Aguilar y Pérez Griffo. Hermano de mi madre.
Desde el viernes toda la familia vivimos detrás de una pantalla , en busca de una respuesta. Esta trágica muerte nos ha sobrecogido y no hay minuto que no nos preguntemos qué ha pasado?.
Les agradezco enormemente la foto del funeral, al menos sentirnos cerca aqunque solo fuese un flash….GRACIAS.
Aqui son numerosas las cartas, las llamadas, los rumores….Hemos pensado viajar a Montevideo en busca de respuestas.
Hoy Terry, su otra hermana escribió este artículo que ruego publiqueis en vuestra página:
«¿A quién beneficias con tu muerte, Juan María?
No a ti, que habías llegado el día anterior desde tu queridísima España, y que contabas los días para volver y descansar en Sotogrande, cerca siempre de Tánger, remansar todos los proyectos, para de nuevo levantar el vuelo hacia Sao Paulo, y ponerlos en práctica poco a poco en tu último destino diplomático.
No a la Corona de España, a la que tanto honraste, y que en algún momento, te aconsejó no volver a pedir excedencias en tu labor incansable. ¿Cui prodest Juan María?
No al Gobierno español –del que fuiste un extraordinario embajador- allá por donde fueras, incluso en vacaciones por el mundo- con tu señorío, elegancia personal, simpatía, “saber hacer” casi sin ser consciente.
No al Ministerio de Asuntos Exteriores, agradecido, que ya está preparando cuidadosamente tus funerales ¿Cui prodest, Juan María?
No a los escritores y artistas españoles, que contaron con tu sonrisa de niño, en casa de nuestros padres: Gerardo Diego, Dámaso Alonso, José María Pemán, Fernando Díaz Plaja, Joaquín Achúcarro, Vicente Aleixandre, a éste último ayudándole a morir, alojados ya en su casa de Wellingtonia y de los que conservas su cuaderno de firmas.
No a los bereberes árabes, con los que te mezclabas en el desierto de Mauritania y Mali durante días y noches, en las jaimas, viviendo sus costumbres y animando y apoyando a la Oftalmológica Asociación Española “Ruta de la Luz” que le ayudó a devolver la vista a tantos de entre ellos
No a tantas ciudades que han sido tu hogar y testigos de las jornadas culturales más inolvidables de poesía, conferencias, baile flamenco, fiestas españolas cuando se llenaban con tu presencia.
No a las religiosas españolas afincadas en Nouakchott, que vieron algo mejoradas sus instalaciones, y facilitados sus durísimos trabajos, en sus colas de atención a la paupérrima población mauritana, por los envíos de ayuda española, que empezaron a percibir desde tu llegada.
No a la Cultura y Literatura Española y Universal, que contaba contigo, no como a poeta, pero si como a investigador, lector voraz, narrador y estudioso de tantos y tantos personajes fantásticos a los que luego exponías en tus conferencias y artículos, recitando y si era necesario, incluso cantando con tu maravillosa voz.
No a tantas poblaciones, que se sintieron mas que nunca antes, respetadas en su singularidad y hermanadas con España por innumerables proyectos empresariales españoles ¿Cui prodest, Juan María?
No al deporte internacional, que pierde a un tenista, fantástico nadador, jinete, ciclista, jugador de golf, piloto, esquiador, montañero -allá por los montes de Tánger, de Granada, de Madrid, de los Alpes-, y de tantos lugares que ya ni recuerdo.
No a los habitantes de Uruguay, que gracias a tu ayuda, habían visto crecer con gran agilidad su censo de emigrantes, ordenado por España, convertidos en ciudadanos españoles, gracias a tu gigantesco esfuerzo.
No al Consulado de Montevideo, que había visto aumentar y mejorar sus instalaciones, rigor en el trabajo y organización.
No a tu único hijo Pablo, que cree esperar (en vano) tu próxima llamada telefónica; que te ha enviado el email con su curriculum que tu mismo le pediste antes de salir de casa, ese fatídico viernes (¿quien deja a un hijo sin respuesta eternamente?) para empezar a hacer prácticas como “tele comunicador” con algunos empresarios y amigos españoles, que aun esperan -también inútilmente- cenar contigo esa noche.
No a tus amigos pilotos que esperaban con el avión a punto, que subieras con ellos el sábado para surcar los cielos de Uruguay. ¿Cui prodest, Juan María?
No a tu mujer, que desde este terrible viernes pasado, está intentando hacer parar el tiempo inútilmente y dar marcha atrás al reloj, sin conseguir controlar las amenazantes pero invasoras y continuas tormentas de lágrimas.
No a tus hermanas, y al resto de tu familia que a su vez, intenta desesperadamente, aprender a vivir de cero una nueva vida, pero esta vez sin ti.
No beneficia a tus cientos – ¿quizá miles?- de amigos (cada uno, único para ti) que te pierden para siempre, sin permiso de nadie. ¿Cui prodest Juan María?
¿Beneficia solo a esos cuatro pescadores inventados, que imaginan haberte visto abrir el cristal trasero, (cuando en realidad solo necesitabas bajar las ventanillas para que entrara el agua), preguntar el nivel del mar y pedirles permiso para ir a caer imaginariamente de nuevo, cuatro metros mas abajo, en un mar del Plata oscuro y cenagoso y sacar el coche milagrosamente intacto y tu cuerpo ya sin vida?
Solo tu cuerpo, porque tu alma estaba y está en el corazón de Dios y en el corazón de cada una de las personas que han tenido la suerte de acompañarte a lo largo de un trecho en el camino de tu vida.
¿A QUIEN BENEFICIA TU MUERTE, JUAN MARIA?
NADIE DE ENTRE TU FAMILIA, NI DE ENTRE TUS AMIGOS Y CONOCIDOS, DESCANSARÁ HASTA CONSEGUIR SABER A QUIÉN BENEFICIASTE CON TU MUERTE.
Te quiere siempre tu hermana, Teresa
Muchísmas gracias por ayudarnos en la búsqueda de una respuesta.
Un abrazo.
Mi sentido pesar a Teresa la hermana del querido Cónsul, fantástico deportista con quien compartimos charlas con tantas e interesantes anécdotas de viajes, de sitios a visitar en los que él vivió o visitó.
Si que nos deja a todos un sabor muy amrago esta trágica decisión que sólo él sabe que la motivó.
Nos deja un sabor amargo pero también un recuerdo grato de haber conocido una persona muy completa, muy plena, él y su esposa Irene fueron una ráfaga de belleza, inteligencia, elegancia, que pasó por Montevideo.
Siempre estará en nuestro recuerdo. César y Rosita
Nos conmovió a todos su inesperada muerte y siempre lo tendremos en el recuerdo.
Un excelente cónsul y mucho mejor perona.
A todos sus deudos nuestras condolencias
Juan Maria Lopez-Aguilar fue asesinado, debido a su colaboración, desde hace más de treinta años, con los Servicios de Inteligencia españoles.
Los pormenores de su presunto suicidio son absurdos. Solo tenía que bajar las ventanillas dee su vehiculo, y no salir del mismo para romper una luna trasera, para lo que haría necesario un elemento muy contundente, fuerza y un estadoi de animo que no suele tener un suicida.
Hombre equilibrado, sin problema alguno, ni familiar ni de dinero, es simplemente imposible su suicidio.
Fue asesinado mediante disparos a la parte de atras del vehiculo. Es la sola explicacion plausible.
En todo caso la AUDIENCIA NACIONAL española va a investigar este asunto y se sabrá la verdad. Caiga quien caiga; particularmente Moratinos, complice y encubridor de este dislate
A ti, querida Terry, entrañable compañera y amiga, porque sé lo que significaba tu hermano para ti.Un fuerte abrazo de Juan Pablo y mío