El Centro Valle Miñor ha realizado su celebración del día de las letras gallegas haciendo un recordatorio a Valentín Paz Andrade, con mucho fuego y sabor gallego.
Los grupos de bailes típicos, bajo la atenta dirección de Tony de Seares han puesto alegría a la fiesta con gaitas y pandeiradas.
La integración de 3 generaciones disfrutando de la musica el baile y la gastronomía gallega, nos dan la idea de que es posible mantener aún las ricas tradiciones..
La fiesta culminó bailando todos alrededor del caldero que «o bruxo» mantenía incandescente al ritmo de las gaitas mientras las «Meigas»  (las más pequeñas) , hacían su «conxuro».
El presidente de la institución Carlos Barcia y el secretario Martín R. Caridad se han sentido orgullosos de la participación de la juventud  y  han sido muy gentiles de invitarnos a «queimar» y a degustar el brebaje gallego.

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La Historia de la lengua gallega

Puede resumirse como siete siglos de normalidad desde sus orígenes, cuando se separó del latín galaico hacia el siglo IX d.C. hasta la introducción del castellano en el siglo XVI y cinco siglos de conflictos desde el siglo XVI hasta nuestros días.

El Rexurdimento

Convencionalmente, se estima que la publicación del primer libro de Rosalía de Castro, Cantares Gallegos, en 1863, es el punto de partida del Rexurdimento. Sin embargo, las dificultades del empeño son todavía evidentes, si se tiene en cuenta que entre esa fecha y 1874, que coincide, en parte, con el llamado sexenio liberal, apenas se publica nada en gallego.

No obstante, a partir de 1875 la producción en gallego aumenta. Hay, en primer lugar, un interés creciente por las publicaciones periódicas, entre las que O Tío Marcos da Portela (1876-1889) es el ejemplo más representativo.

En segundo lugar, se acometen determinados proyectos de carácter cultural, como la Biblioteca Gallega, que desde 1885 publicaría 52 obras, entre las que se encuentran títulos esenciales como Aires da miña terra, de Manuel Curros Enríquez, y Queixumes dos Pinos, de Eduardo Pondal.

En tercer lugar, se fomentan los concursos literarios. En 1886 se convocó el primer certamen en que todas las composiciones presentadas debían estar en gallego. La importancia de la poesía se observa también en el auge de las antologías poéticas.

El año que, de alguna manera, culmina toda esta larga trayectoria es 1880, pues en él se publican tres obras importantes de la literatura gallega: Follas Novas, de Rosalía de Castro; Aires da miña terra, de Curros Enríquez; y Espiñas, follas e frores. Ramiño primeiro, de Valentín Lamas Carvajal. Con proyección más bien política, en 1886 se publica Los precursores, de Manuel Murguía.