El hogar español de ancianos desde su inicio hasta la etapa actual,
Una nueva etapa Hogar Español, de la pluma de Manuel Losa – Fotos archivo de España vale
Desde siempre el hogar español de ancianos se perfilaba a ser el buque insignia de la colectividad española de Uruguay.
Directivos, cónyuges, algunas monjas y allegados, entre todos se ocupaban de lo necesario, para que la vieja casona de la Av. Millán pudiera albergar a un pequeño grupo de residentes carenciados que crecía aceleradamente.
Ya en los años 60 había llegado el momento de emprender “una nueva etapa”, y había un líder que impulsaba a hacerlo.
Gumersindo Álvarez Blanco, emigrante gallego, enfermero del Hospital Maciel, fue el manantial que dio vida al gran río. Durante meses, suscrito como único integrante del Hogar Español y Ambientación de la Ancianidad, contribuyendo con parte de su sueldo, trató y al fin logró convencer a sus amigos españoles que se reunían periódicamente en las Oficinas de remates del asturiano Sanjurjo.
Gumersindo Álvarez Blanco había llegado a Montevideo con diecinueve años de edad, casi analfabeto. Con el afán de progresar trabajó en lo que pudo y cursó estudios en el turno nocturno durante varios años. Con el pasar del tiempo se fue superando hasta ingresar en el Hospital Maciel como enfermero. Allí comenzó a notar las necesidades de algunos de sus paisanos de edad avanzada, que vivían solos, que eran atendidos en la Sanidad Pública y al ser dados de alta no tenían a donde ir para continuar con la recuperación. La única solución era el Asilo Piñeyro del Campo, notoriamente carenciado.
En esos primeros años de la década de los ’60, cuando se estaba formando el Hogar Español de Ancianos, la prioridad del equipo en crecimiento fue buscar la forma de reunir fondos a fin de adquirir una propiedad con el objetivo de cubrir una necesidad inmediata, albergar allí a algunos ancianos españoles residentes en el mencionado Asilo Piñeyro del Campo. La primera tarea a emprender era la adhesión de socios.
Algo cansado de deambular de un lado a otro, sin resultados, en una especie de acto de rebeldía, don Gumersindo Álvarez Blanco, de carácter recio, se auto suscribe como único integrante de la sociedad en vías de formación, con una cuota importante, en Enero de 1960. En un cuaderno anotaba su contribución y le decía a los demás… ¿Vieron? Ya tenemos tanto…
Sin duda, una forma peculiar de dar ejemplo, que rindió sus frutos poco tiempo después, siguiendo con la suscripción de Jesús Alonso en abril del mismo año. Apenas dos suscriptores para la aventura soñada y ya habían pasado cinco meses, cuando al fin, en el mes de junio sucedió algo trascendente, en forma masiva se suscribieron José González Gonda, Germán González Pérez, Juan Moreira, Celestino Caeiro, Manuel F. Alonso, Francisco Vázquez, José Benítez Alonso, Ramón Colomé Solé, José Pino, Plácido Añón, Manuel Otero Bello, José Alonso, Aquilino Perin Barreiro, Manuel y José Fernández, Manuel Martínez Rodríguez, Ángel Albariño, Hipólito Porteiro, José Barreiro Lago, Asunción G. de Durán, Manuel Bravo, Gumersindo Carballal, Estévez y Juncal, Carlos Fernández, Francisco Lorenzo, José Souto Souto, Ubaldino Mosquera.
Casi enseguida, a esta lista siguieron José Manuel Pazos Pereira, Ángel Rodiño Buceta y un número importante de entusiastas colaboradores.
La asignación más elevada era de mil doscientos pesos (un sueldo medio alto de un empleado de comercio), le seguían otras de seiscientos, trescientos, doscientos cuarenta y ciento veinte. Algunas suscripciones eran anuales, otras menos importantes, mensuales.
Y así, un ejército de frailes mendicantes salía a recaudar fondos para la formación de un Hogar de Ancianos que aún no se había constituido. Algunos incrédulos desconfiaban y le decían a los frailes mendicantes… Fulano, yo me suscribo porque confío en ti, pero dime… ¿Tú en que negocio andas?
Apenas tenía veintitrés años de constituido el país del “río de los pájaros pintados”, cuando en el año 1853 un grupo de emigrantes fundaba la Asociación Española Primera de Socorros Mutuos, con el fin de asegurar protección sanitaria a sus paisanos. Sociedad que sigue pisando fuerte, siendo una de las instituciones de asistencia médico sanitaria más importante de Uruguay. A fines de 2022 esta institución, la más antigua, y Hogar Español de Montevideo, se fusionan con un mismo fin en común.
Proteger a los españoles carenciados proporcionándoles un lugar digno donde pasar sus últimos años.
(Fuente, libro Hogar Español de Montevideo, de Manuel Losa)
En aquella época de fines de los ´60 había mucha comunicación y acercamiento entre directivos del Hogar Español y las autoridades del Gobierno de España.
Prueba de ello, se transcribe parte de una carta del 25 de junio de 1969, del Hogar Español, dirigida a: “Don Fernando Magariños Torres – Instituto Español de Emigración – Madrid…
CARTA DOCUMENTO
Distinguido amigo: Hemos recibido sus atentos saludos desde Madrid, así como los del Ministro de Trabajo y del Director General del Instituto (…) Todavía vibrante en nuestro ambiente el eco de la palabra encendida de nuestro Ministro, queremos hacerle algunas puntualizaciones referente al Hogar Español, ya que los muchos problemas a que ustedes quisieran prestar atención durante la visita y la brevedad de la misma, nos impidieron abundar en este aspecto que consideramos de utilidad esté en conocimiento del Instituto Español de Emigración.
La vieja casona de la Avenida Millán y Avenida Sayago (…) oportunamente visitada por el Ministro de Trabajo y su comitiva, fue adquirida por el Hogar, hace tres años en unos $ 700.000, cuenta que en estos días estamos en trance de saldar. Conceptuamos su valor en estos momentos en unos tres millones de pesos (…) Al realizar esta adquisición esperábamos una decidida reacción de la colectividad que, hasta ese momento a cinco años de puesta en marcha la idea del Hogar, limitaba su generosidad económica por falta de algo tangible que pusiera de manifiesto la seriedad y eficiencia del trabajo realizado por un grupo. (…)
El señor Romeo Gorría, después de observar detenidamente el estado de la edificación, manifestó claramente la escasa utilidad que podía prestarnos ese local, animándonos a venderlo y adquirir un predio capaz de albergar un edificio más apropiado y que ofreciera posibilidades para cultivo y actividades de granja. Fueron sus palabras textuales: ‘Esto no sirve; vendan esto y compren esas hectáreas de que hablan; yo les mandaré un proyecto desde España para que edifiquen’.
Compartimos plenamente las palabras de nuestro Ministro. Sin duda que tan pronto nos sea posible habilitaremos este precario edificio para una veintena de ancianos; tal vez esto sirva para mover a los compatriotas pudientes de nuestro medio y con la colaboración ofrecida por el Gobierno Español, acometeremos esta obra que cada día se hace más necesaria por la escasez de viviendas, el subido costo de los alquileres y las magras jubilaciones asignadas a muchos de nuestros ancianos.
Con la seguridad de que nuestras inquietudes y problemas son siempre muy bien recibidas y atendidos por el Instituto Español de Emigración, le hemos ofrecido a usted esta impresión del Hogar Español, obra que deseamos sea el orgullo de España en el Uruguay. Con este motivo nos valemos de la oportunidad para saludar a usted con nuestra consideración más distinguida.”
“Arturo Suárez Carbonell-Secretario Eugenio Álvarez Teijeira-Presidente”
Esta carta fue el puntapié inicial para empezar a generar confianza entre los españoles y permitió soñar con la idea que hasta hoy es orgullo de todos.
Las autoridades del Hogar ya tenían en vista una mansión amplia situada en medio de un gran parque arbolado. Más que ideas, proyectos y consejos, lo que se necesitaba era recursos para adquirir aquella edificación cuya capacidad se multiplicaba por cuatro o cinco.
La ubicación, en la Avenida de las Instrucciones, era relativamente cerca de la casona que ocupaban, casi dos kilómetros más al Centro, sobre una calle profusamente arbolada. La amplitud y comodidades del edificio así como el estado de conservación, resultaban ser muy adecuados. Pero, los resultados de recaudación eran muy magros y para colmo de males, no encontraban el eco que necesitaban y esperaban de las representaciones diplomáticas españolas del momento.
Con la preocupación de acometer la nueva empresa, aunque con cierto desánimo, cambiaban ideas y deambulaban otra vez en busca de fondos importantes, cuando de pronto, dos años después del acontecimiento relacionado con el Ministerio de Trabajo, comentado anteriormente, el Hogar recibe una visita trascendente. Llega a la residencia de ancianos don Licinio de la Fuente, Ministro de Trabajo y Seguridad Social del Gobierno de España. De la Avenida Millán y Sayago los directivos acompañaron al insigne visitante a la Avenida de las Instrucciones a fin de presentarle al señor ministro la mansión y parque con la que soñaban.
El presidente del momento, don Eugenio Álvarez Teijeira, después de acompañar al ilustre visitante en una recorrida por las amplias instalaciones y el predio arbolado, ideales para la ubicación de la nueva residencia para los ancianos españoles, planteó al representante del Estado Español la necesidad de obtener una ayuda de su gobierno, a fin de reunir los recursos faltantes para la adquisición y concretar así el sueño de todos. Después de escuchar atentamente a su interlocutor, luego de un momento de reflexión, el señor Ministro le preguntó a Álvarez Teijeira… “Dígame usted, señor presidente… ¿Cuánto es el dinero faltante que ustedes necesitan para efectuar esta adquisición?” Entre la sorpresa y el escepticismo, la respuesta del presidente del Hogar no se hizo esperar. Y lo inesperado sorprendió a Eugenio Álvarez Teijeira y a todos los directivos del Hogar, cuando el representante del Estado Español les manifestó: “Pues… le diré lo siguiente don Álvarez… ¡Desde ya puede contar usted con ese dinero en su bolsillo, señor presidente!”
Esa respuesta del señor ministro del Estado Español marcó “un antes y un después” en cuanto a la concreción de sueños y aspiraciones de “los frailes mendicantes”. La respuesta inesperada iluminó los semblantes de todos los presentes. La alegría desbordante levantó los ánimos. Una conquista que parecía inalcanzable estaba por concretarse. A partir de ese momento daba comienzo una nueva etapa de gran trascendencia para el Hogar Español de Ancianos de Montevideo.
Finalmente, las autoridades del Hogar Español concretaban la compra de la propiedad que, confirmando la inquietud que el presidente del Hogar manifestara oportunamente al señor ministro Licinio de la Fuente, fue escriturada a nombre del Gobierno de España. Tal acción de las autoridades del Hogar Español se concretó con el respaldo y autorización correspondiente de una asamblea extraordinaria.
Se puede considerar que se trató de una acción sagaz, inteligente, que cobijaba una situación de “protección” ante cualquier eventualidad de incumplimientos fiscales en una época de gran incertidumbre económica y social.
Según algunos testimonios ese edificio estaba destinado a ser la sede de un centro logístico de la Cancillería Alemana para la región. Durante el tiempo de la gran ampliación de obras, en que las habitaciones pasaron de cuatro y seis camas a la comodidad de dos, más nuevos baños especiales de última generación, en ese ático, provisto de un solo baño, se albergó a treinta y un residentes.
El sacrificio tuvo su recompensa. Después, la mansión quedó provista de salas de lectura, espacios equipados para gimnasia y algunas amplias habitaciones especiales. Varios lustros después de la adquisición de la mansión de la Avenida de las Instrucciones 981, comenzó en forma más notoria, paulatina pero decidida, la colaboración de diversas instituciones gubernamentales del Estado Español: Ministerio de Trabajo -Dirección de Emigración-, Diputaciones, Alcaldías, Consejerías, Gobierno Autonómico de la Xunta de Galicia, Secretaría Xeral de Emigración y un amplio etcétera.
Fueron momentos de grandes realizaciones, ampliaciones de obras, más y mejores comodidades para los residentes, sanitarios de última generación. La capacidad se multiplicó, llegando a la posibilidad de dar alojamiento cómodo a algo más de doscientos residentes. En fin que el Estado Español en su diversidad de organismos e instituciones, pasó a ser el más importante de los contribuyentes, durante varios períodos gubernamentales. Contribuciones que desde hace un tiempo, por razones conocidas inherentes a los ajustes presupuestarios en la Administración del Estado Español, comenzaron a menguar notoriamente, motivo por el cual las autoridades del Hogar se ven enfrentadas a nuevos desafíos.
Todas las épocas del Hogar Español fueron de grandes sacrificios por parte de sus dirigentes y colaboradores. Lo siguen siendo en la actualidad, en todo momento surgen nuevos contratiempos y dificultades a resolver, que contribuyen a que el mantenimiento de las instalaciones, así como el cumplimiento de las múltiples obligaciones laborales, entre otras, sean una ardua tarea permanente. En todo momento las autoridades del Hogar se ven en la imperiosa necesidad de tomar decisiones y resolver situaciones imprevistas.
En el momento de estampar esta historia en un libro, (mayo de 2018), habitaban en el Hogar cerca de doscientos residentes, siendo los auto válidos totales un porcentaje menor que ronda el veinte por ciento. El promedio de existencia aumentó en el transcurso de los últimos años, en consecuencia, si bien la expectativa de vida es superior, también va en crecimiento el número de aquellos que soportan alguna minusvalía o deficiencia física, por lo que no se desempeñan por sí solos. Esta situación exige cada vez un mayor cuidado y atención a los que son dependientes parciales o totales. En consecuencia surge el consabido notorio aumento de presupuesto para cubrir las necesidades básicas y mantener el característico índice de calidad de vida.
Presidentes de la Institución entre 1964 y 2022
Algunos de los nombrados repitieron ejercicio en períodos posteriores.
Eugenio Álvarez Teijeira, Pablo Pina, José Arijón Rama, Fernando Blanco, Filiberto Ginzo Gil, Generoso Torres Reborido, José María García Álvarez, Eduardo Díaz Cabana, Eliseo Rivero Freire, Benito Grande Quintana, Liberio Antelo Agrelo, lancoJosé Luis Peña, Antonio Ríos López, Ángel Domínguez, Celestino Duarte y Fernando García (También presidente de la AEPSM)
Un paso decisivo necesario
ASAMBLEA GENERAL PARA INTEGRAR LA NUEVA DIRECTIVA
Y así llegamos a finales del año 2022, momento en el cual las autoridades del Hogar Español de Montevideo, resultado de la pandemia y del alto presupuesto médico que representaba cerca de 50.000 dls. de déficit mensual solicita ayuda a la Asociación Española, (la mutualista más importante de Uruguay). Ya la mutualista había prestado sus servicios para luchar contra el COVID 19 y con su equipo médico intervino para salvar a los residentes.
Superados los momentos más difíciles médicos, ahora venían los económicos y algo urgente había que hacer.
Se reunieron las autoridades del hogar con directivos de la Asociación Española en la embajada de España junto al sec. Xeral de Emigración Antonio R. Miranda
Mediante asamblea extraordinaria, y en presencia del embajador de España y otras autoridades, la Junta Directiva renuncia en pleno y un nuevo directorio con integrantes de las dos instituciones se hace cargo, con el compromiso ineludible de que el espíritu de protección y solidaridad para con los adultos mayores españoles carenciados, base fundamental de la creación del Hogar Español, se mantiene plenamente. Foto de la asamblea con los cuidados de post pandemia vigentes, Archivo España vale
La asamblea fue en el propio Hogar español y participaron el embajador, Jose´G. Llera la delegada de la xunta, Elvira Domínguez el consejero de la embajada, Vicente Pecino, presidente del hogar Celestino Duarte y el sec. Constantino Mato r y el presidente de la Asociación Española, Fernando García. Luego de finalizada la asamblea general. Foto archivo España vale
Integración de la nueva Junta Directiva al día de hoy enero de 2023
Fernando García – Presidente
Juan Pablo Salgado – Vice Presidente
Nicolás Díaz – Secretario
Carlos Veríssimo – Pro Secretario
Alejandro Veiras – Tesorero
María del Carmen Carmen Couselo – Pro Tesorera
Marcelo Pesce – Contador
Vocales
Celestino Duarte
José Luis García
Constantino Mato
Virginia Pousa
Rossana Burci
Victoria Maldonado – Gerente General
Bertha González – Administradora
Y no hay más mujeres para la directiva? Creo q están igual de preparadas que los hombres y estamos en 2o23 ! Anímense mujeres !!
Bueno que decir del hogar español fue una gran obra impulssaa por gallegos de los de antes porque los de ahora sí pueden fundirla la funden Cómo C,deG traidores a sus mayores que tanto se sacrificaron traidores a sus socios que levantamos las instituciones gallegas💔💔
Hogar español una gran obra iniciada por gallegos honestos que sacrificaban su sueldo o patrimonio para ayudar a los más desamparados gallegos de antes o como los de ahora algún descendiente que ayudaron a liquidar Casa de Galicia y dejaron a Miles de socios gallegos algunos cuarta generación en manos de mutualistas que aprovechando la desgracia de nuestra institución se están levantando y trarandonos cómo parias