Las palilleiras gallegas y su encaje de mar
El arte vino con un naufragio.
Cuentan que una dama italiana sobrevivió y en señal de agradecimiento enseñó a las mujeres de los pescadores los secretos del encaje de bolillos de su tierra. Así nacieron en la Costa da Morte las palilleiras. Eso cuentan, pero Matilde García Pasantes, Tilde, afirma con voz burlona que «son todo leyendas». Ella sigue palillando cada día a sus 84 años, recuerda que aprendió «de pequeñita», observando el ir y venir de las manos, escuchando esa melodía seca que compone la madera en la que se enrolla el hilo al entrechocar: «Entonces la gente trabajaba a la puerta de casa. Se juntaban dos, tres o cuatro mujeres, y a mí siempre me gustó mirar».https://youtu.be/jdSeqXVpEnQ
Grabamos este testimonial con la cámara de Mario Corrales para España vale, partiendo del faro del Cabo de Vilán en la costa coruñesa.
«Hay muchas teorías, pero en toda Europa se hace, y lo más seguro es que llegara aquí a través del Camino de Santiago o de las rutas comerciales marítimas. El primer uso del encaje fue para el mundo eclesiástico», precisa Sandra Insua, concejala de Servizos Sociais, Igualdade y Promoción do Encaixe. Añade que «antes se hacía a lo largo de toda la Costa da Morte, de Muxía a Vimianzo…. Pero se quedó con el nombre de encaje de Camariñas porque este era el puerto desde donde salía para América».
El siglo XIX y los primeros años del XX fueron una época de bonanza, «se palilló muchísimo y se hizo dinero con el encaje», apunta la concejala. Luego, la tradición se mantuvo de puertas adentro, como complemento puntual de la economía doméstica en una zona donde la pesca supone el ingreso principal de muchas familias. De nuevo, el encaje se mezcla con el mar. «De esto no se vive, porque para hacer un metro de una puntilla no muy ancha a lo mejor tienes que estar todo el día, eso si espabilas los dedos a trabajar mucho. Pero es una ayuda que viene extra, y eso es todo bueno», sentencia Norma Carril, de la Asociación Puntillas de Camariñas, un colectivo formado por 13 mujeres. Su local está junto a la Marina, muy cerca del de la Asociación Rendas, que ahora agrupa a 16 palilleiras.
Ana Fernández Abad | 05 May 2018 09:04
Testimonios Extractados de El Pais (El periódico global).
Comentarios