Fallecimiento de D. José Arijón Rama – Medalla oro de la emigración

MC Rama Cotelo de OZA (Galicia) dice:

Mis queridas primas:
No hay palabras en lengua castellana que sirvan para consolar a las personas que aprecias ante la pérdida de un padre.
¿Qué deciros en estos instantes en los que os sentís tan derrotadas y sin fuerzas?.
Vivid con el recuerdo y los consejos de vuestro papá, con sus regañinas y sus besos. ¡Qué bonita herencia para una familia!.
Cuando no sepáis que decisión tomar, pensad «¿Qué haría él?.
Cuando estéis tristes, recordad sus relatos de aventuras vividas en carne propia.
José amaba el mar, pues crecimos cerca de la playa de Razo. Su pescado favorito eran las sardinas asadas en brasas de leña gallega. Y su océano, el Atlántico. Ese inmenso charco que cruzó desde Galicia a Uruguay y que le regaló una vida al lado de Charo. Ese mar que sobrevolaba todos los años para volver a casa, a Oza. Vuestro padre no sólo era un hombre de negocios, vuestro padre era un navegante. Un navegante en busca de un faro inmenso cuya luz lo guiaba hacia vosotras, hacia sus cuatro chicas. Ahora vuestro faro es papá, ahora su luz os guiará a diario en vuestros caminos.
Que maravillosas las conversaciones con José. Ahora recuerdo con su voz de marcado acento uruguayo una, de muchas, delante de la iglesia de San Breixo, al abrigo de una fachada granítica de la escuela barroca compostelana. En ese marco arquitectónico, papá decía que cuando dejó Oza para emprender la aventura americana, detestaba el campo, y que cuando se jubiló su estancia era el paraíso al que llegó a amar (imagino que no tanto como a vosotras, primas).
Cuando se va alguien importante como es un padre, recuerdo la obra de Jorge Manrique (Coplas a la muerte de su padre). De esos versos tan hermosos de la literatura española, es imposible elegir. Permitidme primas que reproduzca a través del teclado los siguientes:
«Este mundo es el camino
para el otro, qu´esmorada
sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esa jornada
sin errar;
partimos cuando nascemos,
andamos mientras vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenecemos;
así que cuando morimos,
descansamos.»
Solo resta deciros que fuistéis afortunadas porque papá estuvo siempre con vosotras. Fuistéis sus amores y así será hasta la eternidad.
Mis queridas primas, seguimos unidas como quería vuestro padre. Nunca, nunca olvidéis que vuestro hogar está en Oza, porque Oza era el hogar de papá.
Recordad que papá os vigila desde el cielo con una sonrisa. Por favor, no le falléis.
Mis pensamientos están con vosotras amada familia.
Un abrazo sentido,
MC Rama Cotelo