Así lo aseguró en la reunión de apertura del II Pleno del VII Mandato del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (CGCEE) que se celebra en Madrid los días 25 y 26 de junio. Rumí acudió acompañada por el nuevo director general de Migraciones, Agustín Torres.
Respecto al acceso a la nacionalidad, Rumí señaló que a pesar de que el último gobierno socialista promovió el acceso a la nacionalidad a través de la Ley de Memoria Histórica, aún persisten casos puntuales que se quedaron fuera de esas medidas. En concreto, Rumí se refirió a los descendientes de mujeres españolas que no pudieron transmitir la nacionalidad por discriminación de género; los casos de quienes tuvieron que renunciar a la nacionalidad; los hijos mayores de edad de quienes se acogieron a la Ley de Memoria Histórica o el requisito de tener que manifestar expresamente el deseo de mantener la nacionalidad al llegar a la mayoría de edad, entre otros casos.
La secretaria de Estado lamentó que no se hubiese aprovechado la reforma de la normativa para facilitar la nacionalidad a los sefardíes para sacar adelante una ley de nacionalidad. Recordó que en el programa electoral del PSOE se contemplaba “la necesidad” de aprobar una ley de nacionalidad.
Rumí señaló que la aprobación hace unos días en el Senado de la toma en consideración de una proposición de ley sobre acceso a la nacionalidad y que recibió el apoyo de todos los grupos es un buen punto de partida. “Esperemos que este sea el inicio de un trámite que nos permita tener una ley de nacionalidad y que sea por consenso”. En este sentido, indicó que esperará a que el PP finalice su proceso de primarias para iniciar los contactos.
En cuanto al voto, Rumí fue clara al señalar que “el Gobierno socialista del presidente Sánchez ha tomado la iniciativa de poner las condiciones para promover la participación electoral de los españoles en el exterior: la supresión de la obligatoriedad de solicitar el voto; mejorar la información clara por parte de la Administración; impulsar todas aquellas actuaciones para poner en marcha el voto en urna”.
Rumí señaló que ella no era responsable de emigración cuando en 2011 se aprobó la reforma electoral y que “nunca he estado de acuerdo con el voto rogado” y añadió que “hubiera luchado con uñas y dientes para que no se aprobara” porque “sabíamos que no iba a dar ningún resultado”.
En este sentido recordó que el PSOE reconoció en seguida en error y en reiteradas ocasiones desde 2012 pidieron su reforma.
Eso sí, la secretaria de Estado dejó claro que las reformas en esta materia deben realizarse con el consenso de los partidos políticos, algo que todavía no existe, afirmó. De nuevo indicó que cuando finalice el proceso de primarias del PP realizarán los contactos oportunos para impulsar estos cambios que calificó de “necesarios”.
Madrid