En España hay una quincena de proyectos selectos de hoteles de cinco estrellas para atraer a los turistas que más gastan

Obras del proyecto Canalejas, donde se instalará el primer Hotel Four Seasons.
Obras del proyecto Canalejas, donde se instalará el primer Hotel Four Seasons. Lino Escurís

a fiesta ha empezado y nadie quiere perdérsela. Promete poder bailar junto a invitados de excepción. Apenas fue necesario el primer récord de visitantes extranjeros a España tras la crisis para que la inversión hotelera se disparase. Con 2018 se cierra el cuarto ejercicio en el que se han movido cifras desconocidas hasta ahora en este tipo de activos. El año acaba con 4.807 millones de euros invertidos en el país, un 35% más que en 2017 y convirtiéndose por primera vez en el segmento inmobiliario que más capital atrae de todos, por delante de oficinas y centros comerciales, según la consultora CBRE. Y gran parte de este montante irá destinado al negocio más exclusivo del mercado hotelero. La categoría de cinco estrellas, y especialmente la llamada cinco estrellas gran lujo, vive un auge sin precedentes.

En las selectas plazas que estos últimos establecimientos requieren se están levantando y, sobre todo, reconvirtiendo al menos una quincena de edificios. Con el epicentro situado en Madrid, donde el Hotel Villa Magna, que ha sido adquirido recientemente por el grupo mexicano BK Partners, se ha quedado solo en la máxima categoría, mientras se realiza la reforma integral del Ritz y sale al mercado el primer establecimiento Four Seasons que tendrá España. Ambos con la fecha de finalización prevista para 2019.

Los 210 millones de euros pagados por los mexicanos para quedarse con el hotel mejor situado de la capital son un claro indicativo del interés que despierta la hotelería de gran lujo en Madrid. Nunca antes se habían invertido 1,4 millones de euros por habitación (y sin remodelación incluida). El Villa Magna busca operador hotelero y los rumores apuntan hacia la marca de más alta gama de la cadena Marriott: St. Regis. Si fuese la elegida, este sería su estreno en la ciudad.

Pero el verdadero revulsivo para el sector ha sido el desembarco en Madrid de la canadiense Four Seasons, que vigila con precisión relojera sus obras en el gran proyecto de Canalejas (la antigua sede de Banesto, un conjunto de siete edificios que el Grupo Villar Mir compró al Banco Santander por 215 millones de euros en 2012). Tras largos años en busca de edificios icónicos para instalarse en el país, Four Seasons ha dado con su segundo emplazamiento en Marbella, donde tendrá un hotel de 200 habitaciones con sus estándares de gran lujo próximamente.

Mandarin Oriental también desembarca en Madrid. Como la canadiense, figura entre las diez primeras cadenas hoteleras de lujo del mundo. La asiática, ya implantada en Barcelona, está tratando de que no se dispare en exceso el plazo de entrega y el presupuesto de 99 millones de euros previsto para recuperar las esencias del emblemático Hotel Ritz y sigue buscando propiedades singulares por España porque, según Gonzalo Vallejo, responsable de proyectos para Europa, Oriente Medio y África de Mandarin, “todos queremos crecer, es un momento de expansión del sector en Europa y España es uno de los principales focos de turismo”.

Suben las tarifas

La llegada a la fiesta de estas dos prestigiosas marcas está siendo un acicate para el sector, que considera que cuando esos dos hoteles alcancen la velocidad de crucero, los precios de las habitaciones pasarán de los máximos actuales en Madrid, en torno a 400-500 euros, a entre 700 y 800 euros, prevé Miguel Vázquez, director del área de hoteles de Colliers International. “Me extrañaría que saliesen por debajo de 600 euros por habitación”, confirma André Gerondeau, director de operaciones de Meliá Hotels International. En su opinión, “España en conjunto tiene entre un 30% y un 50% de recorrido respecto a capitales como Londres o París, donde las tarifas de los hoteles de lujo alcanzan 900 o 1.000 euros por habitación, frente los 400 de la capital española. Y esto explica la cantidad de aperturas que están en marcha. Cuando las banderas internacionales entran, le dan oportunidades al resto de operadores para crecer”, explica.

Vista del Hotel Ritz en obras.
Vista del Hotel Ritz en obras. Lino Escurís

Meliá espera beneficiarse de este acelerón de los precios en su recién estrenado Gran Meliá Palacio de los Duques (Madrid), un cinco estrellas que es la última generación del nuevo concepto de lujo que está imprimiendo en sus establecimientos la empresa mallorquina, que tiene que ver más con la experiencia única que con el confort excesivo, aclara Gerondeau. La cadena dispone de ocho hoteles de máxima categoría, pero reconoce que están “un punto por debajo” de los estándares más exclusivos de