En el centenario del nacimiento del escritor uruguayo Juan Carlos Onetti, autor galardonado con el
Premio Cervantes en 1980 y exiliado en España desde 1975 hasta su fallecimiento en 1994, se presentó en Alcalá de Henares (Madrid) la exposición «Confesiones desde Santa María».
Onetti hizo de Santa María su ciudad mítica cuya primera aparición se realiza en su novela «La vida breve» y afirmó que su literatura era «una larga confesión». En esta muestra se puede ver una magnífica colección de fotografías, libros y manuscritos que presentan la vida y obra de Onetti, desde su nacimiento en Montevideo y su paso por Buenos Aires hasta que recala en la madrileña Avenida de América.
La exposición a cargo de la comisaria uruguaya Hortensia Campanella, cuenta con el respaldo de la Universidad de Alcalá y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC) y permanecerá en una Sala de Exposiciones de la Universidad de Alcalá del 19 de Noviembre al 3 de Enero de 2010.
En el acto inaugural estuvo presente la viuda de Onetti, Dorothea «Dolly» Muhr, acompañada entre otros por Ricardo González, Embajador uruguayo en España, Jorge Dotta, Primer Secretario y responsable de cultura de la Embajada uruguaya, Pablo Dotta ( cineasta uruguayo que con motivo de la exposición presentará el documental inédito «Jamás leí a Onetti»), Gary Piquer y Alvaro Brechner, actor y realizador de la cinta «Mal día para pescar» (2009), un filme que representará a Uruguay en los Óscar y que se basa en el cuento de Onetti «Jacob y el otro».
En esta exposición aparecen los amigos del escritor, desde la que mantuvo con el poeta Luis Rosales, también galardonado con el Premio Cervantes y quien decía que las palabras de Onetti eran «palabras descalzas», como su relación con Cortázar, Juan Rulfo, Eduardo Galeano, García Márquez o Benedetti quien prologó algunos de sus libros.
También encontramos al Onetti periodista, quien decía que el oficio de periodista era de los más soportables que conocía, y no faltan muchas de las caricaturas que le realizaron, desde Sabat a Schiamarella, pasando por Jess, Loredano y Ombú.
Dentro de la propia exposición se ha creado un espacio de lectura muy onettiano para que los visitantes puedan conocer el mundo íntimo del escritor y disfrutar como él con sus lecturas, tanto de Faulkner y Celine como de las novelas de serie negra que tanto apreciaba.
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