Posando en las escaleras de La Moncloa junto a las cuatro vicepresidentas del Gobierno. Pedro Sánchez ha presumido de «gobierno feminista» en el adiós de Pablo Iglesias a la coalición. El hasta ahora vicepresidente segundo deja su puesto para ser candidato de Podemos en la Comunidad de Madrid.
El presidente del Gobierno ha «agradecido su trabajo» y ha realizado una crisis de Gobierno quirúrgica, limitándose a reemplazar los puestos vacantes: Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, pasa a ser vicepresidente, pero tercera -no segunda como era Iglesias-, porque Nadia Calviño, asciende en el escalafó a vicepresidenta segunda. Ione Belarra se pone al frente del ministerio de Derechos Sociales, la cartera que tenía asignada el líder de Podemos.
En la despedida de Iglesias, el presidente del Gobierno se ha comprometido a mantener «intacto nuestro acuerdo de gobierno de coalición progresista». Una declaración que se produce días después de que su ya ex vicepresidente acusara al PSOE de no cumplir lo pactado en medio del choque entre socios por la regulación del alquiler, en el marco de la negociación de la nueva ley de vivienda.
«Cuando se firma un acuerdo de Gobierno está para cumplirse. No cumplirlo es faltar al respeto a los ciudadanos», dijo hace unos días en uno de sus últimos acto oficiales. «Unidas Podemos no va a consentir que se falte el respeto a los ciudadanos».
Pese a los esfuerzos públicos por mantener la cordialidad, la buena relación que predican desde sus equipos, lo cierto es que tanto Sánchez como Iglesias han despachado de manera más bien fría su separación. El líder de Podemos ni siquiera a mencionado al presidente del Gobierno en el vídeo que ha difundido a través de las redes sociales. Éste le ha dedicado unos segundos a «agradecerle» su labor. Sin más.
«Tengo que decir que, desde las diferentes visiones de nuestros partidos políticos y nuestras propuestas, en el Gobierno de coalición siempre ha prevalecido la unidad, la responsabilidad y el interés general», ha sido su reflexión.
PEFIL FEMINISTA
La salida de Iglesias del Gobierno y el ascenso de Díaz permiten a Moncloa estructurar un nuevo mensaje y potencia un perfil: el «gobierno feminista». Antes de comparecer públicamente, Sánchez se ha reunido de manera informal con las vicepresidentas Carmen Calvo, Nadia Calviño, Teresa Ribera y Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, que mañana tomará posesión de su nuevo cargo de vicepresidenta tercera del ejecutivo. Después se ha hecho una foto oficial con ellas.
En Moncloa son conscientes de que la salida de Iglesias les brinda la foto de un presidente y cuatro vicepresidentas, un filón político y electoral que se disponen a exprimir. «El Gobierno de España está entre los más igualitarios del mundo. España se convierte en el sexto país del mundo con mayor proporción de mujeres en el Consejo de Ministros y el cuarto de la Unión Europea», ha proclamado Sánchez.
«Un Gobierno feminista que aboga por la igualdad real y efectiva. Feminista porque ponemos el peso del gobierno en liderazgos feministas, porque la acción de gobierno se aplica desde la perspectiva de género, haciendo de la igualdad efectiva uno de los pilares de la transformación política y económica. Las mujeres tenían ya un peso específico pero desde hoy eses peso es aún más decisivo».
LA CONVIVENCIA CALVIÑO-DÍAZ
Sánchez ha acometido unos cambios quirúrgicos que potencian el perfil feminista del Ejecutivo. Así, Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, pasa a ser vicepresidenta tercera, toda vez que Nadia Calviño, que hasta ahora ocupaba esa vicepresidencia, sube un escalafón para ser vicepresidenta segunda.
Si bien la vicepresidencia segunda en el pacto de gobierno firmado entre PSOE y Unidas Podemos correspondía a Unidas Podemos, Sánchez ha variado el orden para que Calviño siga siendo la máxima responsable económica del Ejecutivo, siga presidiendo la Comisión Delegada Económica, y no tuviera a Díaz por encima de ella. Una alteración del escalafón que exigió el ala socialista del Ejecutivo y a la que Díaz dio el visto bueno desde el primer momento.