Una grata noticia, pesó solo 460 gramos al nacer y ya está dada de alta con 1600 gramos.
Primer caso en que un recien nacido con tan bajo peso sobrevive.
Maia Imbert Valdez vio la luz en una ambulancia en Florida, mientras su mamá era trasladada de Durazno a Montevideo.
Ha sido atendida y ya dada de alta en Casa de Galicia.
Testimonio: una historia de vida
Quiero dar a conocer un hecho que no es menor y que no debe pasar desapercibido en nuestras vidas, dado que no es frecuente.
Al contrario, es grandioso y, en definitiva, es una vida. Luego de 76 días de internación, fue dada de alta Maia Imbert Valdéz, que pesó 460 g al nacer.
Maia nació en la ambulancia que trasladaba a su mamá desde Durazno y llegó a Casa de Galicia el 19 de enero de este año. Luego de dos meses y medio de internación, fue dada de alta al Sanatorio Canzani con un peso de 1600 g, ventilando al aire, iniciando su alimentación por succión y con un examen neurológico adecuado para su edad.
Sobre todas las cosas, cabe destacar el trabajo incansable del equipo que ayudó –en todo momento- a que Maia saliera adelante y fuera dada de alta sana. Si bien el trabajo médico es importante, se desarrollaron acciones en el Servicio de Enfermería que fueron fundamentales y que protagonizan total y absolutamente la buena evolución de la niña.
En sus 76 días de internación, Maia y su familia recibieron cariño, cuidados y contención del equipo de Enfermería, demostrando un profesionalismo, esfuerzo y compromiso del personal con nuestros niños y con el Servicio. No existen casos documentados en nuestro país de un niño nacido con ese peso y que haya sobrevivido. Hechos como este no deberían pasar desapercibidos.
Dr. John Aldao
Jefe del Servicio de Recién Nacidos
Complementando esta grata noticia hemos hablado con el presidente de casa de Galicia D. Manuel Ramos
Casa de Galicia cumplirá sus 95 años de existencia el próximo 17 de octubre, con tal motivo la comisión de cultura de la institución cuya presidenta es Emilia Rego organizará un acto cultural mensual a fines de divulgar también los logros a los que se han llegado en estos años de lucha.
La junta directiva con el presidente de Casa de Galicia Manuel Ramos a la cabeza y José Mouriño como gerente general, han logrado sacar a flote el barco que todos creían ya hundido.
Desafiando la lógica de dos auditorías, una de Uruguay y otra de la Caxa de Vigo que daban como imposible reflotarla, un grupo de gallegos con amor por la institución, ayudados por los propios médicos y funcionarios se trazaron una hoja de ruta. Por ese camino, paso a paso lograron la credibilidad y paz laboral que les permitiría revertir la situación grave en la que estaba, para hoy tener la casa en orden.
Manuel Ramos ya lleva seis años trabajando para la institución y por estatutos ya no podrá seguir adelante, aunque si está dispuesto a dar una mano desde afuera.
«Estoy seguro que encontraremos gente capacitada, tal vez más que nosotros para seguir adelante, yo desde mi retiro (a disfrutar de mis nietos), por supuesto que estaré a la orden para lo que pueda ayudar».
«Los logros que hemos tenido últimamente en salvar vidas que ya parecían imposibles demuestran a las claras que tenemos un equipo humano capaz de dar todo por la vida».
«No presumimos de ser mejores, pero sí, de hacer lo posible por lo imposible». Afirmó Manuel Ramos.