Desembarco de los 33 orientales – 19 de abril de 1825
Los Treinta y Tres Orientales es el nombre con el que históricamente se conoce a los hombres liderados por Juan Antonio Lavalleja y Manuel Oribe que, en 1825, emprendieron una insurrección desde lo que hoy es la Argentina, para recuperar la independencia de la Provincia Oriental (territorio que comprendía lo que hoy es Uruguay y parte del actual estado brasileño de Río Grande del Sur), en ese momento bajo dominio brasileño.
Mural de Juan Manuel Blanes (1877), Museo de Historia del Uruguay
Homenaje el 19 de abril de 2020 de Dr. Luis Lacalle Pou
La organización
Uno de los jefes militares de aquel grupo, Lavalleja, que había combatido contra los portugueses y brasileños junto a José Gervasio Artigas, organizó desde la Provincia de Buenos Aires una expedición militar con el objetivo de expulsar a los brasileños y reunir a la Provincia Oriental con las Provincias Unidas del Río de la Plata, tal como había sido la intención del movimiento de los años 1822 a 1823.
La expedición, que resultó en la Cruzada Libertadora contó con el apoyo de algunos ganaderos y saladeristas de la provincia de Buenos Aires que veían en la ocupación brasileña de la Provincia Cisplatina un peligro para sus intereses, ya que los saladeros porteños habían visto mermados sus mercados regionales por la competencia de sus similares de Río Grande del Sur, que se nutrían de las arreadas de ganado de los campos de la Cisplatina. Juan Manuel de Rosas, uno de los representantes más caracterizados de ese grupo, había hecho llegar a los exiliados orientales una importante contribución financiera.
El desembarco
En la noche del 18 de abril Lavalleja y sus hombres embarcaron y avanzaron cuidadosamente por las islas del delta del Paraná, evitando la vigilancia de la flota brasileña. Aprovechando la oscuridad, cruzaron el río Uruguay en dos lanchas y desembarcaron en la Playa de la Agraciada, también conocida como «Arenal Grande», la madrugada del día 19 de abril. Allí desplegaron la bandera de tres franjas horizontales roja, azul y blanca, colores tradicionalmente usados desde los tiempos de Artigas, no sólo en la Provincia Oriental sino también en otras de la región rioplatense. Mucho tiempo después, en 1877, el suceso sería plasmado por el pintor Juan Manuel Blanes.
Muy bueno el aporte! siempre se debe recordar acontecimientos que implican el valor de algunos hombresy mujeres que lucharon por el bienestar de todos!Què bueno los hubo,hay y seguro habrà siempre!! Hoy les digo:gracias!!!!!!
Recordar estos acontecimientos y ponernos en el lugar de ellos es muy importante para seguir cultivando valores y cariño a la patria.Soy peruano y mi admiración para ellos.
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