Leopoldo Nóvoa
Montevideo en el siglo XX hasta fines de la década del 50 fue uno de los lugares elegidos por la colectividad gallega para echar raíces, han quedado un sinnúmero de marcas de esta inmigración, comercios, calles, monumentos, la propia presencia de la mayor empresa de transporte colectivo (CUTCSA)  recorriendo la ciudad son muestra de ello.
También hay otros indicadores no tan claros de esta presencia, tal el caso del mural de 600 metros cuadrados que se extiende por 120 metros de largo y 5 de ancho en el estadio del Club Atlético Cerro en el barrio del mismo nombre, pasada obligada de quienes retornan a Montevideo por los accesos desde las rutas 1 y 5.
Este mural es obra del artista pontevedrés  Leopoldo Nóvoa nacido en 1919 y quien residió por años en ambas márgenes del Plata para radicarse en 1965 en París con temporadas en su Galicia natal, donde vive en la actualidad.
El mural de referencia le insumió más de dos años en su confección entre los años 1962 y 1964, estos 600 metros cuadrados se constituyeron en testigo mudo de los últimos 50 años de progreso de la ciudad y del barrio del Cerro en particular.
Durante su permanencia en Montevideo, Nóvoa fue una importante referencia del ambiente cultural uruguayo y llegó a entablar amistad con varios de sus protagonistas, en especial con escritores. De alguna manera, esta afinidad con la literatura ha quedado documentada en el magnífico catálogo que acompaña a la exposición, una publicación de 204 páginas, en la cual se reproducen textos sobre Leopoldo Nóvoa de Juan Carlos Onetti (artículo inédito escrito por el escritor uruguayo en 1979), de Julio Cortázar (publicado por primera vez en 1974, en el catálogo de la exposición de Nóvoa realizada en la Galería Aele de Madrid), de Ramón Chao, etc.