Fallecimiento de Raúl Pérez
Hoy la colectividad gallea de Montevideo ha perdido a uno de sus hijos predilectos víctima de una enfermedad terminal. Sus restos han sido velados hoy 7/7/2012 en el Centro Gallego.
Raúl Pérez Villaverde de tan solo 45 años de edad nos ha dejado una congoja general en quienes hemos conocido de sus bondades.
Raúl había nacido un 2 de julio de 1967, y como todo hijo de gallegos participaba activamente de las actividades de su centro.
Muchos lo recordaran por ser uno de los “queimadores” en las celebraciones, vistiendo los atuendos necesarios para divertir y cultivar el rito.
También desde temprana edad participó de la escuela de danza regional gallega, Ballet Alborada, y fue presidente de la comisión de deportes, de fiestas y varias veces vocal de la Junta directiva del Centro Gallego.
Hoy, España vale participa con hondo dolor su desaparición física y mantendremos siempre el recuerdo de este amigo que hoy nos deja sin más palabras. QEPD.
Mario, como siempre tu presente en las buenas y en las malas de nuestra queridisima colectivida. Desde la Coruña te agradecemos ese tan acertado comentario sobre nuestro querido Raul. Se fue fisicamente pero siempre estara en nuestros recuerdos.
Graciasss mil graciasss.
Querido Mario:
Hemos compartido muchos momentos a lo largo de unos cuantos años, algunos hermosos y otros no tanto, pero siempre ahí estuvimos, por tí conocí al amor de mi vida y de eso no me podré olvidar nunca, viví los 7 años más lindos de mi vida.
Hoy me siento vacía, perdida, enojada con la vida y esperando que suene el celular y sea él, cada día lo extraño más.
Quiero agradecerte profundamente este homenaje que le hiciste.
Lamentablemente yo no estaba en Montevideo cuando esto ocurrió y por esas cosas de la vida justo fue el día de mi cumpleaños y no me avisaron ya que no tenía forma de regresar a tiempo, me quedaré con esto de por vida y ojalá pronto pueda recuperarme y recordarlo con su gran sentido del humor, también de su malhumor, pero en definitiva fue, es y será el hombre con el que soñé envejecer juntos.
Gracias y besos,
Silvana